CRIA EN CONSANGUINIDAD
La cría en consanguinidad es un tema que, con diferentes nombres, ha sido tocado en varios números
de la revista
PÁJAROS; en esta ocasión no deseo haceros participes de ella como una asignatura de genética, que co
menzó con los
e
studio de MENDEL, y
que termino con la confección de la
TABLA DE FLECH
, sino todo lo contrario. Mi deseo es daros
a conocer su aplicación práctica, mediante una representación
grafica, de fácil compresión, capaz de ser estudiado por el
más simple lector.
Su aplicación debe ser practicada con cautela y de forma adecuada, es decir, aquellas razas o espec
ies en las cuales
se desee conseguir la obtención de características det
erminadas y especificas.
Así, por ejemplo, los mejores ejemplares de
GIBBER ITALICUS
fueron obtenidos mediante la adecuada aplicación de
estos principios. L
a fijación de determinadas características, aparecidas por mutación, fue conseguida mediante la
transmisión hereditaria de este sistema.
Y así podría seguir citando infinidad de casos, en los que su aplicación dio lugar a resultados pos
itivos satisfacto
rios;
pero también podría contaros muchas ocasiones en las que, por el contrario, los resultados fueron ne
gativos, llegando a
producir la degeneración de una raza e incluso la extinción de la misma.
Con esta introducción, quiero hacer REFLEXIONAR a todo
s aquellos lectores que vayan a hacer uso de la misma, para
que, cuando la apliquen, lo hagan cuidadosamente, llevando un seguimiento exhaustivo y detallado; ya
que, por el
contrario, los errores en su aplicación suelen pagarse con retraso de años en la ob
tención de los resultados deseados e,
incluso, en muchas ocasiones, con la vuelta a la iniciación del proceso para tratar de rectificar lo
s errores cometidos.
En la cría en consanguinidad hay que considerar, como factor de vital importancia, la elección
de los reproductores; ya
que los defectos de los padres salen multiplicados en los hijos, los ejemplares elegidos deberán
tener muy buenas
características, debiéndose conocer en ellos los ascendientes de varias generaciones.
Elegido un MACHO, se aparea
con varias hembras, dando lugar con cada una de ellas a una descendencia que toma las
siguientes denominaciones:
LÍNEA PRINCIPAL
LÍNEA PRIMERA SEGUNDARIA
LÍNEA SEGUNDA SEGUNDARIA
LÍNEA TERCERA SEGUNDARIA.
LÍNEA PRINCIPAL
.
Se aparea:
1.
-
El ma
cho (A) con la hembra (B), dando el emparejamiento dará ejemplares (C), que tendrán 50 % de sangre p
aterna
y un 50 % de sangre materna...
2.
-
El macho (A) con la hembra (C) Que seria su hija, dando ejemplares (D), que tendrán 75 % de sangre p
aterna y un
2
5 de sangre materna.
3.
-
El macho (A) se aparea con la hembra (D) que seria su “nieta”, dando ejemplares (E), que tendrán un
87,5% de
sangre paterna y el 12,5 % de sangre materna.
LÍNEA PRIMERA SECUNDARIA
.

1.
-
Al mismo tiempo se aparea el macho (A) con l
a hembra (B1), que da ejemplares (C1), que tendrán un 50% de sangre
paterna y un 50 % de sangre materna.
2.
-
El macho (A) con la hembra (C1) < su hija >, dando lugar a ejemplares (D1), que tendrá un 75% de sa
ngre paterna
y un 25% de sangre materna.
3.
-
E
l macho (A) con la hembra (D1) que seria su < nieta>, dando lugar a ejemplares (E1), que tendrán un
87,5% de
sangre paterna y el 12,5 % de sangre materna.
LÍNEA SEGUNDA SECUNDARIA
.
-
Al mismo tiempo se aparea el macho ( A ) con otra hembra ( B2 ) , dando u
na descendencia de los mismos 5 de sangre
que la LÍNEA PRIMERA SEGUNDARIA, y cuyos ejemplares, serian ( C2 ), ( D2 ), ( E2).
LÍNEA TERCERA SECUNDARIA
.
Haciendo lo mismo que en las dos anteriores, obtendríamos una prole que serian (C3), (D3), (
E3)...
En el grafico vemos que solo aparecen las líneas PRINCIPAL Y PRIMERA SECUNDARIA, con las cuales se l
legan a los
resultados que deseamos de una forma clara y sencilla, pero, si conseguimos la obtención de varias L
íneas más, tiene la
gran ventaja de p
oder elegir la LÍNEA SECUNDARIA cuyas características sean las mejores.
Una vez obtenidos los ejemplares de la cuarta generación (E, E1, E2, E3), procederemos de la siguien
te manera.
SE APAREA
:
El macho (E) con la hembra (E1) dando ejemplares (F), que tend
rán un 87,5 % de sangre paterna, un
6,25% de sangre materna PRINCIPAL, y un 6,25 & de sangre materna PRIMERA SECUNDARIA.
2.
El macho ( E ) con la hembra ( F ) < HIJA> ,dando lugar a ejemplares ( G ) , que tendrán un 87,5% d
e sangre
paternal, un 9,37% de s
angre materna PRINCIPAL, y el 3,13% de sangre materna PRIMERA SECUNDARIA.
3.
El macho E con la hembra (G) < NIETA >, dando ejemplares (H), que tendrá un 87,5 % de sangre patern
a, un
10,94% de sangre materna PRINCIPAL y el 1,56% de sangre materna PRIMERA
SEGUNDARIA.
Lo mismo que el macho (A) lo hemos apareado con varias hembras para formar sus líneas SECUNDARIAS, h
acemos con
el macho (E), apareándolo con otras hembras (P, etc.) para forma sus propias LÍNEAS SECUNDARIA.
Así apareamos:
1.
El macho (E) con
la hembra (P), dando ejemplares (Q), que tendrán el 43,75% de sangre paterna, un 6,25% de
sangre materna PRINCIPAL y un 50 % de sangre materna SECUNDARIA.
2.
El macho ( E ) con la hembra ( Q ) <su hija >, dando ejemplares ( R ), que tendrán un 65,63% de s
angre paterna y
un 9,37 % de sangre materna PRINCIPAL y un 25 % de sangre materna SECUNDARIA.
3.
El macho ( E ) con la hembra ( R ) <nieta >, dando lugar a ejemplares ( S ) , que tendrán un 75% de
sangre
paterna, un 12,5% de sangre materna PRINCIPAL y un
12,5 de sangre materna SECUNDARIA.
Una vez obtenidos los ejemplares de la cuarta generación (H, Z, etc.), procederemos de la siguiente
manera:
APAREAMOS:

1.
El macho ( H ) con la hembra ( S ) ,dando lugar a ejemplares ( I ) , que tendrán el 81,
25% de sangre paterna, un
11,72 % de sangre materna PRINCIPAL, un 0,78% de sangre materna PRIMERA SECUNDARIA y un 6,25 % de sa
ngre
materna SECUNDARIA.
Y así, de esta manera, se podría continuar INDEFINIDAMENTE los CRUCES, hasta llega a conseguir los r
esult
ados que
deseamos, evitando la DEGENERACIÓN de la RAZA, ya que se controla en todo momento la introducción de
características y de sangre nueva.
En todo proceso vemos que la sangre materna va desapareciendo en proporción a los cruces efectuados,
según sean
de
la líneas PRINCIPAL o SECUNDARIA (primera, segunda, etc.)
El esquema esta desarrollado en función de la conservación de la sangre PATERNA, pero, si lo que des
eamos es
mantener la sangre MATERNA, deberemos proceder a la inversa, es decir, madre con hijo
, etc.
CRUCE EXTRAÑO
Se utiliza para introducir sangre NUEVA, mediante el cruzamiento de un ejemplar perteneciente a una
LÍNEA familiar
con otro origen distinto.
Así, por ejemplo, el ejemplar (E) < cuarta generación > de la LÍNEA PRINCIPAL se apa
rea con el (K) de origen
distinto, dando lugar a ejemplares (L), que tendrán un 43,5% de sangre paterna, un 6,25 % de sangre
materna
PRINCIPAL y un 50 % de sangre materna SECUNDARIA EXTRAÑA.
Este tipo de cruce se debe utilizar única y exclusivamente cu
ando sea necesario introducir en una LÍNEA alguna
característica especifica no poseída por la misma, pues, ofrece el grave peligro de la aportación ex
cesiva de sangre
impura, cuyas consecuencias son imprevisibles.
CRUCE CONSERVADOR
Se utiliza
este tipo de cruce para mantener la LÍNEA de descendencia cuando, por algún motivo, no fue posible s
eguir
el proceso establecido que anteriormente se especifica.
Para lo cual se aparea:
1.
El macho (E) < cuarta generación > con una hembra (D) < ter
cera generación), ambos de la misma LÍNEA,
dando ejemplares (M), que tendrán el 81,5 % de sangre paterna y el 18,75 % de sangre materna.
2.
El macho (E) con un hembra (M) < hija>, dando ejemplares (N), que tendrán un 84,37% de sangre pater
na y el
1
5,63% de sangre materna ambas de LÍNEA PRINCIPAL.
Vemos con estés sistema, se avanza dos generaciones mas en el proceso familiar, obteniéndose menor
resultado de
porcentaje de sangre paterna que de otra manera.
CRUCES RECÍPROCOS
.
Se utiliza para
conseguir determinadas características, mediante el apareamiento alterno del macho y hembra de
diferentes características, por ejemplo: El cruce de un ejemplar macho ENANO con una hembra NORMAL,
dan huevos
normales y a descendientes también normales. Pero
el cruce de macho NORMAL con hembra ENANA dará huevos
pequeños y descendientes enanos
CRUCES ASCENDENTES
Se utiliza este tipo de
cruces para la formación de una LÍNEA PURA, mediante el apareamiento de pájaros COMUNES
con canarios puros, manteniendo siemp
re el cruce de los productos obtenidos con canarios PUROS.

LA TABLA DE FELCH
Código para la aplicación practica de la Tabla de Felch
Se trata de aplicar un código que permita siempre situarnos donde estamos y que sea fácilmente asimi
lable. Par
a ello
haremos una revisión del alfabeto, agrupando las letras por parejas:
AB
CD
EF
GH
IJ
KL
MN
ÑO
PQ
RS
TU
VX
YZ
De cada pareja de letras, la primera representa al macho escogido y la segunda a la hembra escogida.
As
í que, si
empezamos un proceso de selección con el macho A y la hembra B,
El macho se denomina:
A
-
1
Y la hembra:
B
-
2
La prole de este apareamiento. Forzosamente. Se denomina AB
-
3, y consultando la tabla se vera que dicha prole tiene un
50 % de sangre d
el macho A y un 50 % de la hembra B.
Si cruzamos el macho A
-
1 (con decir A
-
1 ya es suficiente para saber que es un macho) con la hembra AB
-
3,
(forzosamente, la prole de este apareamiento será un AB
-
4, que quiere decir que tiene un 75 % de sangre de A y un
25
% de sangre de B.
Si al adquirir un pájaro con una ficha de pedigrí que termina o tiene un apartado que dice:
LÍNEA: CD
-
8
Quiere decir que el cañarí cultor, que nos ha facilitado el pájaro, sigue un proceso selectivo según
la TABLA DE FELCH.
Este pá
jaro, ya sea macho ya sea hembra, tiene un 12,5 % de sangre de macho C y un 87,5 % de sangre de hemb
ra D.
De aquí se deduce, si no lo pusiera la ficha de pedigrí, que el padre solo puede ser:
CD
-
5 (25 % de sangre de C y un 75 % de sangre de D)
Y la madr
e D
-
2 (100 %) que a la vez es abuela de CD
-
8.
Las letras siempre nos indicaran a priori, cuando se lleva la selección con varias líneas paralelas,
si hay o no
consanguinidad, sin tener que rebuscar en fichas y libros los antecedentes del pájaro.
Los grup
os de letras se pueden repetir en distintas gamas. O sea, que una ficha más o menos completa termina
r así;
GAMA........................................LÍNEA.........................................
Si se quiere una mayor sofisticación del método, cab
e la posibilidad de añadir, después de cada letra correspondiente, el
valor obtenido por el cabeza de serie, en puntos en una exposición importante o el promedio de varia
s. Así, el pájaro:
A93 B90
-
4, aparte de la distribución de sangres ya anteriormente
comentada, indica el alto valor de los ejemplares que
iniciaran la línea y que, aunque dicho AB
-
4 no tenga ni siquiera 87 puntos, si que es portador de las buenas
características del padre y del abuelo ( 75 % ) y de la abuela en menor proporción ( 25 % )

La aplicación correcta y de una manera práctica de la tabla de FELCH puede ayudar al aficionado con
inquietudes de
mejorar su aviario, haciendo entrar en consaguinidad a aquellos ejemplares, cuyas características re
levantes merezcan la
pena de ser fijada,
aun a costa de perder algo de vigor.
Para compensar la perdida de vigor es aconsejable trabajar con dos o tres líneas de parecida caracte
rísticas, o bien, en
colaboración con algún compañero que comparta las mismas aficiones, repartirse el trabajo entre
a
mbos y cotejando
resultados. Al final, si el éxito acompaña, al mezclar ambas líneas se recupera el vigor perdido, ju
sto en el momento de
iniciar una nueva línea.
Hecha esta introducción, paso a explicar lo más someramente posible las citadas tablas, de l
as que se refleja su sinopsis
gráfica en el cuadro siguiente.
-
Emparejamos dos ejemplares lo más puros posible (1 y2).
-
De sus hijos (3) seleccionamos un macho y una hembra y lo cruzamos con sus respectivos padres.
-
De éste último cruce aparecen ya l
os ejemplares (4 y 5) que a su vez seleccionamos y cruzamos siguiendo el gráfico,
hasta obtener los productos finales (del 14 a1 18).
Al llegar a este punto habremos obtenido el resultado final, que será variable, en función de los ej
emplares elegidos (1
y
2) y la selección realizada de los productos, antes de realizar el cruce ascendente.
Podemos encontrarnos con que nuestras líneas han perdido vigor, esto podemos subsanarlo, trabajando
en colaboración
con otros aficionados, que realicen la misma labor c
on otra emparejada y al final, cruzar los logros de uno y otro, con lo
que regeneraríamos sangre.
El aficionado puede observar en el cuadro sinóptico, el porcentaje de sangre de cada progenitor, en
función del lateral y
escala elegida. Así mismo, los traz
os continuos, corresponden a ejemplares machos y los discontinuos a hembras. La
finalidad de una correcta aplicación de las tablas, a parte de la experiencia personal de cada uno,
debe de ser la de fijar
características en nuestras aves, que de otra forma
parecen desaparecer.
¿Cuántas veces tenemos ese ejemplar?, que es extraordinario, pero cuantos cruces hagamos con él, nun
ca llegan sus
hijos a los padres. Aquí tenemos una oportunidad de aplicar las tablas en cuestión.
Quiero matizar, que como nor
ma general, no soy partidario de la consaguinidad, si no eres un experto, puesto que es
delicada y tienes que saber lo que haces, además la consanguinidad produce:
-
Alteración del tamaño.
-
Insuficiencia inmunitaria.
-
Multiplicación de defectos.
-
Pérdi
das de instintos básicos (reproducción y cría.)
En definitiva, que para la aplicación de las Tablas de Felch, hay que partir siempre de ejemplares e
xtremadamente
completos, para que los productos satisfagan nuestro cuadro reproductor.
En dicha Tabla verá
el lector que se presentan 18 tipos, desde el 1 y 2 que son los que originan la línea o vértice de l
a
pirámide, hasta los 14 y 18. Que la terminan.
Si se fija en dicha tabla comprenderá
fácilmente y que, en los distintos apareamientos, los machos están i
ndicados en
trazo continuo y las hembras en trazo discontinuo.
Se presentan también al lado de cada círculo el porcentaje o % de sangre procedente de cada uno de l
os progenitores
que inician la línea, intentando hacer más compresible al lector dicha Tabla
de Felch